Ya,
ya me estoy acostumbrando,
ya no me molesta
escucharos llamarme bruja
sólo porque os veo llegar,
lo que tenéis que decirme,
porque me aburre escucharos.
Porque yo puedo volar,
escapar antes de que un abrazo
mediocre
me entierre para siempre,
porque soy libre de decidir
si quiero o no quedarme,
peinarme o desnudarme,
porque os inquieta
que no tenga nada que decir,
Porque no estoy siempre lista
y no me importa,
porque no soy perfecta
y me tiene sin cuidado,
porque ignoro críticas absurdas,
porque al abrir mi bolso
os escuece encontrar antes un libro
que una lima de uñas.
Sí, creo que soy una bruja.
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