lunes, 31 de julio de 2017

No son yo



Desde el patio de enfrente,
sorteando un mar de antenas
y cuerdas de tender
me ha llegado la voz de una madre
llamando a su hijo con tu nombre,
y no era yo.
La he visto a ella mirándome
por encima de un hombro
desteñido por luces de fluorescente,
por robarle a su día ocho horas
mal remuneradas, mal soñadas
y esa tampoco era yo.
Esquivando cables y repetidores,
distancia y cristales
he sabido que ahora tienes una casa,
un coche nuevo y dos gatos,
y en la estampa no estoy yo.
La he visto, buena madre,
buena hija, buena amiga,
ama de casa, anfitriona,
ordenada, fuerte, resignada.
Y todas esas mujeres que nunca he sido,
ni seré, no me lo perdonan,
no toleran que ellas no sean yo.
Y yo, que no me cambio por ninguna,
que sé rodar y resucitar como cualquiera,
que las detesto a todas cada día un rato
tengo que confesar, aunque me digas loca,
que le tengo manía hasta a tus gatos.

                                           Loreto Liz (Lilith) 

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