martes, 21 de febrero de 2017

Pequeños dictadores. (Revival)

 (Revival de 9 de Mayo 2011)

Todas las personas que trabajan con niños y niñas de cualquier edad (maestros, monitores, cuidadores, educadores...) están hechos de una pasta especial...y hasta se les puede reconocer en las calles y hasta en los bares, si observas con atención puedes encontrar un grupo en el que alguien que toma la voz cantante dice lo siguiente: ¡que levante la mano quien quiera la caña con limón!, ahí tienes a los maestros... Son organizados hasta para eso...
La cuestión es que esa pasta especial de que están hechos les hace permeables y sensibles a las necesidades de los niños y niñas, y sumamente receptivos a las muchas carencias que tienen...están al cabo de la calle y aunque no estén al tanto de las últimas noticias sobre educación, no lo necesitan...
Quiero decir que son las personas que antes detectan los problemas, los fallos, las carencias...no sólo en las escuelas, sino en las calles y las familias. Es cierto que el sistema educativo actual presenta tantas fallas, tantas calvas, tantas brechas...que no voy a abordarlas aquí pero una de esas brechas, la que más está echándo a perder a muchos niños y jóvenes es la que separa la escuela de la familia.
 
Los que trabajamos con niños(ya me he descubierto) estamos viendo a pie de patio y a pie de calle los errores cometidos no por el estado, no por el sistema educativo sino por una malentendida libertad y filosofía del bienestar...hemos confundido las necesidades de un niño con los deseos de tener...
 
Hace años algunos padres trabajaron muy duro para conseguir aquello de: Voy a darle a mi hijo todo lo que no pude tener yo...Ahora es algo así como: voy a darle a mi hijo, todo, todo y todo lo que quiera y me pida, no vaya a ser que el hijo de fulanito lo tenga antes que él...Cambiamos tiempo por juguetes, cambiamos abrazos por ropa cara, cambiamos charla por aparatos electrónicos. Que nuestros hijos discuten por la consola? pues tendremos que comprar otra para no tener que escuchar las discusiones; intentar explicarles la necesidad de compartir entre hermanos e incluso de los beneficios que tiene jugar los dos juntos requiere mucho tiempo y dedicación...Trabajamos y trabajamos para comprar muchas cosas, para que no les falte de nada y en realidad les falta de todo.
 
¿Qué está pasando con nuestros niños? ¿porqué nos encontramos a diario con pequeños dictadores? La respuesta está en casa, en su entorno, están creciendo sin límites y nadie les lleva la contraria, ni siquiera se bromea con ellos...no encuentran ningún tipo de contradicción, si quieren ir allí pues se va allí, si le llevamos la contraria a un niño puede desarrollar algún tipo de misterioso complejo de inferioridad...o peor aún si no obtiene todos sus caprichos al instante terminará frustrado...Tienen toda la información del mundo a su alcance pero si no les ayudamos a ser selectivos se entretendrán con cualquier porquería...
No quería enredarme en estos temas...me salen sin querer...yo quería hablar de la brecha que separa la casa de la escuela...
De un lado tenemos a los papás y mamás que piensan que es en la escuela donde se debe educar a los niños, delegando cualquier responsabilidad en maestros y educadores, de forma que cuando el niño pelee con un compañero, llegue a casa sin un valioso juguete que llevó al patio o afirme que no le han dado de repetir en el comedor, no dudarán en acribillar a críticas y reclamaciones... del otro los que siempre darán la razón a su retoño de forma que cuando su pequeño monte un número en clase, destroce alguna zona común o falte al respeto a algún adulto "encargado de su educación" la culpa será de nuevo de la escuela, del sistema educativo, del estado...nunca de su maravilloso y bien educado vástago...
Y frente a estos dos tipos de familia, que en realidad son lo mismo, están la escuela, los educadores, maestros, monitores, cuidadores, atados de pies y manos, viendo pasar por delante hornadas y hornadas de niños y niñas mal criados y pequeños dictadores...
 
Hay un probervio africano que dice que para educar a un niño hace falta la tribu entera...aquí está el meollo del asunto...mientras unos tiremos de un lado y los otros de otro no conseguiremos mas que tensar la cuerda y al final se romperá.
 


No hace mucho ha caído en mis manos un decálogo muy curioso; se llama decálogo para formar un delincuente, cuando lo empecé a leer pensé: exagerado, seguro, pero enseguida me di cuenta de cuánta razón se escondía en cada uno de los puntos...os lo dejo aquí porque resume un poco lo que he querido contar aquí. 

 

1.-Dadle todo cuanto desee: así crecerá convencido de que puede tenerlo todo sin nigún esfuerzo
2.-Reidle todas las groserías y salidas de tono: crecerá convencido de que es muy gracioso pero no entenderá cuando en la escuela le regañen por esas mismas cosas
3.-No le deis ninguna formación espiritual: ¡Ya la escogerá él cuando sea mayor!
4.-Nunca le digais que lo que hace está mal o crecerá frustrado, primero creerá que le tienen manía y luego le echará la culpa a la sociedad
5.-Dejad que vea y lea todo: podeis limpiar con legía la vajilla donde come pero dejareis que se ensucie su espíritu y nunca tendrá criterio propio
6..-Recoged todo lo que deje tirado, así creerá que todo el mundo está a su servicio, mamá la primera
7.-Dadle todo el dinero que quiera: pronto aprenderá que para conseguir dinero basta con pedir
8.-Padre y madre, discutid delante de él o ella y cuando la familia se rompa pues le parecerá normal y no le causará ningún trauma
9.-Que todos sus deseos sean satisfechos al instante: comer, beber, divertirse, o de otra manera podría acabar siendo un frustrado...
10.-Dadle siempre la razón: los profesores, la gente, las leyes...la tienen tomada con él
 
Y cuando vuestro hijo sea un delincuente proclamad muy alto y con muchos golpes de pecho que nunca pudisteis hacer nada por él...
 
No digo nada más que luego todo se sabe...y conste que lo digo de todo corazón!

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